Nosotras (o yo sola) que presumimos de lo fuertes que somos, de que nunca nos harán daño o de que él está loco por nosotras. Resumiendo, que controlamos la situación.
Y la realidad es, aunque sea triste, que todas, sin excepción, cuando le vemos aparecer perdemos la razón, la fuerza, hasta las bragas.
Ahí está entonces el problema..
Yo no soy fuerte, ni quiero serlo, por eso ya sé que no tengo la razón ni la fuerza cuando lo veo.
ResponderEliminar¡Hola linda! Gracias por tu comentario, re dulce. Hace mucho que no pasaba, y como siempre, terminas teniendo la razón.
ResponderEliminarBesos.